martes, 22 de enero de 2013

Estación en curva

Su pelo rubio se movía a causa del viento que provocaba viajar a 140 km/h. ¿El destino? Cualquier playa desierta del sur de la península. Buscaríamos alguna pequeña playa soleada en la que beberíamos hasta el atardecer y nos bañaríamos desnudos sin que nadie nos molestase. Me había gastado mis ahorros en alquilar este descapotable pero no me arrepentía, tanto tiempo explotado en la misma empresa te lleva a cometer este tipo de locuras. Era la chica de mis sueños y estaba a mi lado, por fin, viajando los dos solos como siempre había imaginado. Sin preocupaciones. Sin responsabilidades. Nos pusimos de acuerdo esta mañana en el metro de camino al trabajo. Pisé el acelerador y exprimí el motor de 200 caballos mientras sonaba “You Can't Always Get What You Want” por el potente equipo de música.

No teníamos ninguna reserva de hotel y con toda seguridad ahora mismo ya estaba oficialmente despedido, puesto que había dejado colgado a mi jefe en una importante presentación en la que por supuesto él no había trabajado. Pero era feliz por estar con ella. Giró la cabeza y pude contemplar esa sonrisa que tantas mañanas me había hipnotizado desde el otro lado del vagón, alegrándome el resto del día y facilitándome a la mañana siguiente levantarme a las 7 de la mañana para ir al trabajo en el abarrotado transporte púbico. Abrió la boca y me dijo:

- Próxima estación Atocha. Atención, estación en curva, al salir tengan cuidado para no introducir el pie entre coche y andén.